TEMOR
Temblè al contemplarla decidida,
sus ojos desnudaban a mi alma,
yo era un volcan sin calma,
y ella sin razòn me daba vida.
Miedo de provocar una tormenta,
temor de ser objeto de torpeza,
el culto que ofrecìa a su belleza,
era libre de cubrir alguna renta.
Por eso de besarla me contuve,
detuve fuego, que ya se despertaba,
un instante lo pensè , y me detuve.
Sabia que al mundo me enfrentaba,
mirè sus ojos y sin estar, estuve
temiendo que con beso se entregaba.
JESUS ALBO
martes, 5 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)