lunes, 27 de febrero de 2012

CADA AMANECER

CADA AMANECER
 
          Mejor abrir el pecho
          para arrojar el corazón de el.
          ANA LUCIA MONTOYA RENDON
 
Si el deseo pudiera
dejarse escondido
entre las llamas de uno mismo,
Si se pudiera reflejar
en el silencio los pasos
que se siguen desde el tiempo,
pero no,
no
estamos esclavos de anhelos,
de noches de desvelos y vigilia
y no es el hambre
de tomar lo que nos gusta,,
ni siquiera lo que soñamos,
es la espera
esa maldita espera
la que atormenta
los sentidos,
es la incapacidad
para estar en el instante
y exclamar te amo.
 
Por eso dejame morir,
al cabo muriendo
mis fantasmas se disculpan,
no acosan
ni producen tempestades
esas de noches de desvelos
esas que terminan en cada amanecer.

JESUS ALBO

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